Me gusta ayudar a los demás. Me gusta la satisfacción de saber que, al menos por un momento, la vida de alguien es mejor gracias a mi.
Pero no soy idiota. Detesto a aquellos que creen merecerlo todo, que piensan que es obligación de los demás hacerles la vida fácil, y se ofenden o te reprochan cuando no puedes hacer algo por ellos.
No entienden que su vida no es mi responsabilidad, ni que su derecho no es mi obligación.
Como dice Glimmerman, "Hay gente a la que les regalas un diamante, y sólo pueden ver que tiene polvo"
Así que, algunas veces, me abstengo de ayudar. Y lo hago, no por mamón, si no por que, aunque para mi sería fácil ayudarte, sé que si dejo que lo resuelvas por ti mismo, aprenderás más, y tu vida será mejor que si simplemente lo hubiera hecho yo, y tu no habrías aprendido nada.
Como el viejo dicho "mejor enseñarle a un hombre a pescar..."
Además, detesto pedir favores, por que un favor te pone en deuda con la persona que lo dá. Y no me gusta deber nada.
Asi que a todos aquellos que se sientan en deuda conmigo, les digo esto:
No me deben nada.
Todo lo que he hecho en mi vida, todo lo que haya llegado a hacer por ustedes, lo hice por mi mismo, por voluntad propia. Lo hice por que ustedes lo merecían, por que a cambio obtuve su gratitud, su confianza, o la satisfacción personal de haber hecho algo por alguien a quien quiero.
Así que no me deben nada. Yo, en cambio, les debo todo.
28/03/07
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