Parece que alguno de los vecinos tiene un naranjo en su patio, y toda la calle tiene un fragante y potente aroma a flores de azahar.
Es fantástico. Algo tan simple como ir al super de la esquina a comprar un refresco se convierte en un paseo místico por una tierra de fantasía. Ahora mismo, sentado en la sala de mi casa, puedo percibir ese olor como una espesa e invisible niebla.
Es increíble, experimentar el mundo, sentirse vivo.
11/11/08
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